
Montse quería con toda su alma a sus padres.
Ella, a medida que iba profundizando en su vocación, crecía en amor y agradecimiento a sus padres y trataba de manifestarlo de diversas formas...
"Siempre le he dado gracias a Dios -cuenta su madre- por la gran confianza que nos teníamos y muchas veces he meditado en lo importante que es que los padres se hagan realmente amigos de sus hijos, para llegar a tiempo en sus pequeños y grandes problemas...".
Su padre comenta que cuando le hizo una de las últimas fotografías, pocos días antes de morir, Montse estuvo contemplando a su madre y le dijo, muy cariñosa: "mirando a mi mamá, que la quiero mucho".
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