Los padres de Montse siempre aceptaron con generosidad, alegría y agradecimiento la vocación a la que iban siendo llamados cada uno de sus hijos. Manuel y Manolita no se hacían "novelas rosas"con sus hijos. Como padres cristianos no deseaban otra cosa, por mucho que les costase la separación de sus hijos, y les ayudaban a recorrer con garbo su camino.
"Las familias cristianas, dice Benedicto XVI, constituyen un recurso decisivo para la educación en la fe, para la edificación de la Iglesia como comunión y su capacidad como presencia misionera en las situaciones más variadas de la vida, así como para fermentar en sentido cristiano la cultura y las estructuras sociales".
Cita del discurso pronunciado por Benedicto XVI en la basílica de san Juan de Letrán el 14 de junio del 2005.
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